Durante 15 años, desde su infancia hasta el primer equipo, Bernd Schneider jugó futbol en Jena, su ciudad natal. Luego salió al salvaje mundo del deporte. Pasó su primera temporada en la Bundesliga en Eintracht Frankfurt, donde mostró todo su talento, pero vivió sus mejores 10 años en el BayArena. Cuando Schneider se mudó de Fráncfort a Leverkusen en el verano de 1999, Bayer 04 sumó 20 años en la Bundesliga, dos títulos (campeones en la entonces llamada Copa de la UEFA en 1988 y de la Copa DFB en 1993), en un pequeño y encantador estadio: el BayArena.
Bajo el mando del ambicioso entrenador Christoph Daum, hubo una mejora significativa en el equipo. Además de Schneider, Oliver Neuville, Thomas Brdaric y una joven promesa llamada Michael Ballack, se unieron al equipo. Cuando Schneider llegó al club rojinegro, Bayer 04 ya era una fuerza muy respetada en la Bundesliga. Después de ascender a la máxima categoría, el club se promocionó con el eslogan "Profesionales con corazón". Lo que trajo satisfacción a Schnix. Al igual que la campaña, algo autocrítica: Futbol con un corazón y 100% esfuerzo.
Schneider, el jugador con el mágico dorsal 25, apareció en una galardonada serie de fotos. Antes de que la gerencia del Bayer 04 y Bernd llegaran a un acuerdo, el FC Kaiserslautern quiso intervenir. Pero los rinlandeses no jugaban. La transferencia fue posible pues, aunque el jugador aún tenía dos años pendientes en Eintracht, en su contrato había una cláusula de liberación que le permitía pasar al lado de la Champions League (por una transferencia de 2 millones de marcos alemanes). Leverkusen no tuvo ningún problema, porque invertía en su equipo con la perspectiva de obtener ingresos de la Liga de Campeones. "Vi al BayArena como el lugar adecuado para mostrar lo que podía hacer en el escenario europeo", recordó Schneider, "creo que tengo una buena posibilidad de ser convocado nuevamente al equipo nacional".
Otro paso, otro objetivo alcanzado. Schnix inmediatamente encontró un lugar en un equipo lleno de estrellas. Desde el primer entrenamiento, estuvo a la altura de las exigencias, no se dejó influenciar por nada ni por nadie y enseñó en Leverkusen de lo que era capaz. Al estratega le gustó el enfoque del recién llegado que, para ser sinceros, también contó con un poco de fortuna. Bernd llegó justo a tiempo porque su compañero y competidor Michael Ballack sufrió una lesión y no estuvo disponible durante los primeros tres meses. La buena suerte de unos, es mala suerte para otros, aplica en el futbol como en la vida real.
El recién llegado se sintió muy a gusto en Leverkusen. "Me sentí muy bien tratado como jugador y como persona", dijo Schneider, quien tuvo 296 apariciones en la Bundesliga. Una tras otra, recibió atractivas ofertas de clubes de renombre, pero el artista con el esférico se resistió porque estaba como en casa y nunca tuvo el deseo de salir.
Sólo hubo una o dos excepciones que no deben ocultarse, ya que representan un gran reconocimiento en su carrera. Así lo explica Bernd: "Al final de nuestra gran temporada en Leverkusen en 2001-02, llegó una oferta del Barcelona al Bayer 04. El Barça destacó mi enfoque, mi forma de jugar. Desafortunadamente no se concretó nada. Fue una pena, ya que pudo ser una gran experiencia. Me hubiera gustado hacerlo, pero no me arrepiento de que la transferencia se haya caído. Al año siguiente, Klaus Toppmöller quería llevarme a Barcelona, pero no llegó al banquillo. Durante la Copa Mundial de 2006, Jürgen Klinsmann dijo que yo sería el primer jugador que firmaría si mañana se convirtiera en director técnico del Real Madrid y agradezco el cumplido".
Sus seguidores en Bayer 04 están agradecidos de que Bernd Schneider no cerrara su traspaso al Camp Nou, ni al Santiago Bernabéu. Su apodo Schnix proviene del verbo alemán ‘schnixeln’ y significa driblar, engañar, reducir. "Schnix es el único jugador alemán que podría jugar inmediatamente con la Verdeamarela", fue el halago que le hizo su compañero en Leverkusen, Juan. “Debería saber que es brasileño”. Su excompañero, Emerson, ya había nombrado a Schneider como el "brasileño blanco" debido a su técnica, un tributo que le fue retribuido una y otra vez después de la final perdida (0-2) en la Copa del Mundo de 2002 contra Brasil.
La notable carrera de Bernd Schneider es comparable a una montaña rusa emocional, con memorables puntos altos y decepciones. Sufrió una grave lesión en la espalda en abril de 2008 en un partido de la Europa League en San Petersburgo. Las consecuencias obligaron al jugador de 35 años a tomar una gran decisión en 2009. Su última aparición para el Werkself, en un partido oficial, se convirtió en una fecha muy especial: el 16 de mayo de 2009, un año después de la lesión, donde hubo esperanza y decepción en los centros de rehabilitación en Alemania, concretó el tan esperado regreso. Los meses de arduo trabajo dieron frutos.
En el partido en casa contra el Borussia Mönchengladbach en Düsseldorf, donde el Werkself jugaba debido a la reconstrucción de BayArena, Bernd ingresó para disputar los últimos 13 minutos. El recuerdo aún está presente: "No todos los neurocirujanos creían que fuera posible. No puedo expresar con palabras lo que experimenté allí, sólo puedo decir: ‘fue increíble, único y fantástico’. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando entré al campo. La forma en que nuestros aficionados me apoyaron y me animaron fue uno de los momentos más conmovedores de mi vida. Nunca lo olvidaré".
El 10 de mayo de 2010 cerca de 20 mil amigos de profesión le rindieron homenaje. “Se me puso la piel de gallina”. Schnix lo resumió así, ya que no es partidario de grandes palabras o gestos: "Fui feliz en Leverkusen. Los fanáticos mostraron su aprecio y afecto todo el tiempo. Eso es importante para mí porque sé que me quieren bastante. Fui a los juegos fuera de casa durante años y siempre me sentí orgulloso cuando los escuché saludar como agradecimiento".
Esa noche maravillosa fue hace casi 10 años, pero para muchos seguidores del Bayer 04 parece que fue ayer. El nombre Schneider representa un gran nivel futbolístico en Bayer Cross. Los partidos contra el Manchester United, el Liverpool, el Galatasaray, el Deportivo, el Lyon, el Barcelona y la final en Glasgow contra el Real Madrid son recuerdos valiosos que todo aficionado debe tener presente. Y los nombres de los protagonistas que prendieron fuego a Europa mientras competían con superestrellas de todos los países: Ballack, Zé Roberto, Bastürk, Placente, Lucio, Ramelow, Kirsten, Neuville, y, en el fondo, Schnix Schneider, el niño de Jena, “éramos el pueblo galo, con Cali como Obelix", dijo una vez en una entrevista para el Kicker.
En aquel entonces, después de la mágica despedida en Leverkusen, se sintió un poco triste, lo cual no es de extrañarse después de todo el aprecio que le mostraron. El mayor cumplido fue, sin duda, el de Marcel Reif en la revista BayArena: "Nos complació su estilo de juego y la forma en que lideraba. Es justo como nos gustaría ver a nuestros hijos en el campo. Bernd Schneider, realmente me gustaste. Todo lo mejor".
Bernd regresó a Jena hace mucho tiempo, con la madre de sus dos hijos. Aquí es donde viven las familias, amigos, compañeros de los equipos juveniles. Una casa familiar inmersa en el deporte. Tiene una relación especial con Jena, un lugar conocido por su ciencia y tecnología. Schnix y su gente pueden llamarse a sí mismos 'Jenenser'. Él es feliz aquí. Un Jenenser por nacimiento y alma, donde no es una estrella de futbol. "Vivimos en una ciudad hermosa y floreciente. No se pueden comparar nuestras montañas con los Alpes, pero sí completan el paisaje", dijo. Hay un número relativamente bajo de desempleados, lo que está muy cerca de su corazón.
El balompié lo mantiene alerta y en forma. Trabaja para agentes que cuidan a jugadores juveniles a quienes puede transmitir una o dos buenas ideas de su extenso repertorio: "Se trata de ayudar a los muchachos a dar el siguiente paso".
Su espalda aguanta y su condición física no ha empeorado. Él regularmente puede hacer actividad deportiva. Lo más importante, está feliz de seguir jugando futbol. Colabora en diferentes equipos, principalmente para apoyar buenas causas. Cuando puede, juega para los veteranos de Bayer 04 o en Uwe Seeler lleno de nombres de estrellas, también practica bádminton: "Tienes que mantenerte en movimiento". El atleta versátil Schneider anda en su bicicleta y, en esta época de coronavirus, juega mucho ping pong en casa con sus dos hijos.
Schnix descubrió el golf hace cinco años. Todo un desafío el hecho de jugar solo y no como parte de un equipo: "en el futbol puedes echarle la culpa a los botines o al clima si el pase no es correcto. No puedes hacer eso aquí. Estoy sorprendido cuánto me da. Si lo hubiera sabido, habría comenzado mucho antes".
Estadísticas personales
Fecha y lugar de nacimiento:
17 de noviembre de 1973, en Jena
Equipos:
Carl Zeiss Jena, Eintracht Frankfurt y Bayer 04
Apariciones de la Bundesliga:
296 (263 para Bayer 04, 33 con Eintracht Frankfurt)
Goles en la Bundesliga:
39 (35 para Bayer 04, cuatro con Eintracht Frankfurt)
Trayectoria:
81 partidos internacionales con Alemania, subcampeón de la Copa del Mundo 2002, tercer lugar de la Copa del Mundo 2006, subcampeón de la Champions League 2002, subcampeón de la Copa DFB 2002 y 2009, subcampeón de la Bundesliga 2000 y 2002.
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