Der kleine große Mann vom Zuc­kerhut

Tita

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Hace 30 años el Bayer 04 fichó por primera vez a un brasileño: Milton Queiroz da Paixao, al que apodaban Tita, se quedó solo una temporada. Entre septiembre de 1987 y mayo de 1988 jugó 26 partidos y marcó 12 goles. A pesar del poco tiempo que estuvo, el hombre de Río de Janeiro jamás será olvidado en Leverkusen. El título de la Copa de la UEFA en 1988, está relacionado con su nombre. Dado que Tita dejó tan buena impresión en Leverkusen, el club fichó varios grandes jugadores brasileños en los años siguientes. Su propia historia en Alemania empezó de forma curiosa...

Era el 2 de septiembre de 1987, un día cálido en el que no había muchas nubes en el cielo azul. Milton Queiroz da Paixao aterriza en Düssledorf, tras un vuelo de 14 horas. Cansado e ilusionado espera junto a su mujer Sandra y sus tres hijos Desiree, Lohran y Blanche a que salgan sus maletas, sabiendo que no podrá descansar en las próximas horas. En la sala de espera del aeropuerto, un chófer del Bayer 04 ya le espera a Tita. Pero la tarea del chófer no es llevar a Tita al hotel. Su destino es el estadio Müngersdorfer, donde esa misma noche se juega el derbi. Y quieren que Tita juege. Así que el chófer les conduce directamente desde Düsseldorf a Leverkusen. En el vestuario del equipo solo hay tiempo para saludar brevemente a sus compañeros nuevos, después toca trabajar. Eso si, el entrenador Erich Ribbeck le concede un tiempo de aclimatación. La primera hora del encuentro Tita la sigue desde el banquillo.33.000 seguidores han venido a ver el encuentro. Presencian un derbi poco espectacular con pocos momentos destacados.
Del equipo del Colonia, Tita conoce a algunos internacionales de la televisión. Después el entrenador le manda a calentar. En el minuto 65 entra al campo por Bum-Kun Cha. El marcador sigue 0-0 y Tita tiene alguna que otra buena ocasión. Incluso le regatea a Pier Littbarski, cosa que a este no le gusta nada. El pequeño brasileño en cambio lo disfruta mucho. Al final el derbi acaba sin goles y, probablemente, muchos se olvidarán pronto de este partido. Tita en cambio se acuerda hasta el día de hoy de su debut para el Bayer 04. “Me pusieron a jugar de inmediato, sin ninguna preparación”, dice y se ríe, sin poder creérse bien cómo fue su comienzo en el Bayer 04.

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Mit dem Kreuz auf der Brust: Tita schirmt den Ball gegen „Tiger“ Stefan Effenberg ab.

éxitos con el flamengo

Hablamos por FaceTime. Se le ve estupendo a Tita y está de muy buen humor. Está sentado en su casa en Barra da Tijuca, un barrio de Río de Janeiro, a unos 20 kilómetros del centro y de la Copacabana. Desde el balcón tiene vistas a una playa y el atlántico. Varias lagunas y una cordillera marcan el paisaje. Barra de Tijuca es un barrio bueno en el cual también se encuentra el parque olímpico de Río. Aquí se disputaron muchos campeonatos durante las Olimpiadas de 2016. “Un gran sitio para vivir”, dice Tita. “Si vienes a Brasil un día tienes que venir a visitarme”.

La casa es suya desde 1982. Sigue casado con la misma mujer desde hace 34 años. Ahora ya tienen cinco hijos y cinco nietos. Dice que le va estupendamente. Actualmente es un entrenador sin equipo. El último equipo que ha dirigido fue el Macae Esporte FC de Río. Pero de momento disfruta de su tiempo libre. Tres veces a la semana juega al golf y de vez en cuando al fútbol con un par de amigo. “Estoy muy bien físicamente“.

Al estadio ya no suele ir casi nunca. A principios de mayo una empresa de telecomunicaciones le invitó a ver el clásico entre el Flamengo y el Fluminense. Dice que habló un poco con todo el mundo y que apoyaba al Flamengo. Su equipo, el Flamengo, ganó por 2-1.

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Tita (Mitte) ist heute ein passionierter Golfer.

Tita jugó 11 años para el Flamengo, logró coronarse campeón de liga en tres ocasiones, ganó una Copa Libertadores y en 1981 la Copa Intercontinental. El Flamengo le ganó por 3-0 al FC Liverpool en el estadio olímpico de Tokio. Por parte de los “Reds” jugaban estrellas como Graeme Souness y Kenny Dalglish. De entrenador estaba Bob Paisley. Para el Flamengo jugaban a parte de Tita, jugadores como Leandro, Nunes y la superestrella Zico, que dos años más tarde se fue a Europa como uno de los primeros brasileños para jugar para el Udinese. “En aquel entonces era algo especial. Hoy en día es inpensable que un jugador así no se marche antes a Europa. Pero en esos tiempos era el comienzo aún”.

Él mismo daría este paso muchos años después. Tita, que ya jugaba en la selección, buscaba primero en Brasil lograr nuevos objetivos. En 1983 fichó por el Gremio Porto Alegre, volvió para jugar un año en el Flamengo y de ahí se marchó al Internacional y en 1986 al CR Vasco da Gama. Ahí el joven de 28 años hizo una gran temporada. Después de esa temporada fue elegido el mejor jugador de Río de Janeiro. Ahí es cuando dos equipos de la Bundesliga se fijaron en el. El Schalke ya se había interesado en 19986 por el. “Mandaron a alguien de Adidas, que me visitó en casa. Pero no me hicieron una oferta oficial”.

No sabía nada sobre el Bayer 04. No conocía el nombre

El Bayer 04 fue mucho más concreto en el asunto. Günter W. Becker fue el que estableció el contacto entre el club y Tita. “Me preguntó si podría imaginarme jugar en Alemania e ir a Leverkusen. Primero no me lo tomé muy en serio y realmente no pensé en que esto realmente podría pasar”. Y además: ¿Quién era el Bayer 04? “No sabía nada sobre el equipo, no conocía el nombre”, dice Tita.
Pero el Leverkusen no dejó de mostrar su interés por el jugador. No tenía ojeadores allá, pero habían visto mucho material en video sobre este jugador con tanto talento. Rüdiger Vollborn, que luego sería su compañero en el equipo vio ese material de video una vez. “Madre mía, qué goles marcaba este hombre. No paras de alucinar“.

¿Un cambio a Alemania? Tita veía la oportunidad, pero también los riesgos. “Tenía 29 años ya”, dice. “Pero era una gran oportunidad de demostrar a los europeos de lo que era capaz. Estaba preparado. Y la verdad es que la oferta que me hicieron era muy buena”. Dado que quería terminar la temporada con el Vasco da Gama, se perdió toda la pretemporada con el Bayer 04 y no pudo participar hasta la sexta jornada de la Bundesliga. El ya mencionado 2 de septiembre de 1987 en Colonia.

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Fue la gran oportunidad de demostrar a los europeos de lo que era capaz

Justo después de su breve actuación en el derbi, Tita por fin pudo acomodarse con su familia en el hotel Ramada en Wiesdorf, que sería su casa para el próximo medio año. “Hubo muchas cosas de las que nos tuvimos que ocupar nosotros mismos. Por lo menos me pusieron una profesora de alemán de parte del club”, recuerda Tita. En aquel entonces todavía no se les mimaba tanto a los jugadores como ahora.

Mucho más importante fue de todas maneras lo bien que le acogieron en el equipo. Sobre todo Erich Ribbeck, el entrenador del Leverkusen, que terminaría convirtiéndose en un buen amigo. “Ribbeck creía en mi y mis habilidades. Vino a menudo a mi hotel, comía conmigo y se preocupaba por mis problemas”.

Porque los primeros días en el campo no fueron como se lo había esperado el brasileño. Tres días después de su debut en el derbi, el brasileño jugó media hora en la derrota por 1-3 ante tan solo 10.000 espectadores. Después, Tita ni siquiera estuvo convocado para los próximos cinco partidos. A principios de octubre debutó en el once inicial en la victoria por 2-0 sobre el Kaiserslautern. Pero todavía las cosas no iban como se lo había imaginado. El brasileño que en su país no paraba de marcar goles, todavía no había encontrado la suerte en Alemania. “Para mi no fue nada sorprendente”, dice Erich Ribbeck hoy. “Tita había jugado una temporada muy larga en su país y no había participado en la pretemporada con nosotros. Además no tuvo vacaciones en ningún momento. Pero era un jugador que trabajaba duro, que entrenaba tiros libres durante horas después de las sesiones de entrenamiento”.

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Tita im Freundschaftsspiel gegen Deutschland, 1981.

Tita, por supuesto, tiene otra explicación para su problemas en su comienzo en el Leverkusen. “Tenía que ver con mi posición en el Bayer 04. Ribbeck me vio como un delantero, pero en Brasil nunca había jugado como delantero, a pesar de que marcara muchos goles. Siempre he sido un clásico 10”.

El cambio llegó en la derrota por 3-2 en casa del Bayern en noviembre. Tita saltó al campo cuando el Bayern iba ganando por 3-0. A once minutos del final anotó su primer gol para el Bayer 04 y dio la asistencia para el segundo. Dos días después hubo una charla con Ribbeck. “Le dije: ‘Tengo un problema con mi posición en el campo. No estoy jugando dónde soy bueno’. Ribbeck me preguntó: ‘¿Dónde quieres jugar?’ Y yo le contesté: ‘Normalmente juego en la posición de Andrzej Buncol, osea de 10’. Ribbeck contestó: ‘Pero Buncol es mi mejor hombre, no puedo sacarlo’. Asi que yo dije: ‘Vale, no hay ningún problema. Entonces me quedo en el banquillo. Si se da la ocasión, me gustaría jugar de 10’.

La ocasión se dio antes de lo esperado. En el partido de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA en casa del Feyenoord, Buncol se lesionó. Por ello en el próximo partido frente al Waldhof Mannheim en Bundesliga Tita obtendría su oportunidad. Ribbeck lo puso en el once inicial y el brasileño dio una lección de fútbol ese día, anotando tres goles en la victoria por 1-4. A partir de aquí Tita comenzó a mostrar todo su talento sobre el campo. En el siguiente partido frente al Homburg también anotó, poniendo el 1-0 en el marcador. El segundo gol que supuso el 2-1 lo anotó su mejor amigho en el equipo, Falko Götz.
“Nos llevamos muy bien desde el primer día”, dice Tita. “Quizás era porque Falko también venía de fuera, aunque solo fuese de la Alemania del Este. Pero eso en aquel entonces era un mundo totalmente diferente y no hacía muchos años que Falko había huído de la DDR”. Esta historia le impresionó mucho a Tita.

¿Dónde está Ribbeck?

Su universo era el fútbol. Y en la segunda vuelta aún le dio unas cuantas alegrías. Por ejemplo en marzo de 1988, que se convertiría en su mes. Primero marcó un gol el 5 de marzo en Frankfurt y una semana después marcó dos goles frente al Mönchengladbach para darles la victoria por 2-1. Después llegó la semana más increíble: el Bayer 04 se enfrentaba en los cuartos de final de la Copa de la UEFA al Barcelona. 20.000 espectadores, entre ellos 2.000 del Leverkusen vieron el partido en el Camp Nou. Tras el 0-0 en el partido de ida, al Leverkusen le esperaba un partido difícil. A pesar de todo, el Bayer 04 no se lo puso fácil al Barcelona. Después de que Christian Schiefer atravesara la defensa, el portero del Barcelona, Zubizarreta cometió falta sobre el, pero el balón le cayó a Tita en los pies y este desde unos seite metros de distancia anotó el 0-1 para el Leverkusen. Este gol significó el pase a las semifinales. “Fue una sensación increíble y seguramente uno de mis goles más importantes para el Leverkusen hasta este momento”.

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Als Bayer 04 2013 das 25-jährige Jubiläum des UEFA-Cup-Sieges feierte, lagen sich Tita und Erich Ribbeck wieder in den Armen.

Tres días después marcaría un gol no tan importante, pero muy espectacular. En casa del Werder Bremen, que también sería el rival en la semifinal de la Copa de la UEFA, el Leverkusen ganaba, sorprendentemente, 0-2 al descanso. En el tramo final del partido el Werder le dio la vuelta al encuentro anotando tres goles. En el último minuto Tita cogió el balón, regateó y le hicieron falta a unos 30 metros de la portería. “Todos los jugadores de nuestro equipo corrieron hacia adelante y estaban esperando que metiera el centro”, cuenta Tita conteniendose la risa. “Pero yo simplemente le pegué con mucha fuerza al balón y terminó en la red. Me fui corriendo al banquillo porque quería abrazar a mi entrenador, pero no lo vi por ningún lado y estaba muy sorprendido”. Ribbeck simplemente se perdió el 3-3, dado que después del 3-2 se marchó enfadado al vestuario.

Una vez más mereció la pena haber entrenado tanto los tiros libres. Una y otra vez había entrenado estas situaciones. Un portero de los juveniles se ponía en la portería y Tita disparaba una y otra vez. Para los tiros libres siempre ponía el balón con la válvula hacia arriba. “Así simplemente volaban mejor”. Tita era un futbolista muy bueno. El hombre que calzaba el número 38, había traido algo de temperamento brasileño a Leverkusen. “Fue el primero que se subió a uno valla después demarcar para celebrar el gol con los seguidores”, se acuerda Rüdiger Vollborn, de los tiempos en los que los goles se aplaudían, pero no se celebraban desenfrenadamente. Tita le dio vida al Leverkusen.

la noche mágica

Cuando hablamos del gran día, el 18 de mayo de 1988, se oye un largo silencio al otro lado de la línea. Tita quita la mirada de la cámara, se toca los ojos con una mano y comienza a sollozar. El recuerdo al día en el que se proclamaron campeones de la Copa de la UEFA le hace llorar. “Fue para mi la victoria más impoortante que jamás he logrado”, dice con voz temblorosa. “Sabes”, dice. “me acuerdo perfectamente, cómo el entrenador del Espanyol, Javier Clemente, dijo después del partido de ida que ya tenían una mano en la copa. Y tenía razón, ¿cómo ibamos a remontar un 0-3? Eso no era casi posible. Pero lo logramos, en una noche mágica, que jamás se me olvidará”.

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Ein Treffer mit Signalwirkung: Tita macht das 1:0 im Finale gegen Espanyol.

Los jugadores del Espanyol, sabiendo que les entendía, le dijeron de todo para provocarle. Con 0-0 en el marcador, Tita le quitó el balón al portero del Espanyol de la mando y anotó, pero el árbitro no lo dio por bueno el gol. El brasileño no lo podía entender.

Entonces llegó la segunda mitad y el minuto 57. Herbert Waas logró escaparse por la banda y poner el balón en el borde del área pequeño, donde Tita, con la ayuda de uno de los defensas, logró anotar el gol. El brasileño enseguida sacó el balón de la red y corrió hacia el centro del campo. ¡Vamos! Tita había dado la señal para la remontada. Poco después se dejó provocar de nuevo por los españoles y se agarró un buen enfado. Poco después Ribbeck lo sacó del campo. “En aquel entonces no me lo podía creer, había hecho un bujen partido. Pero si lo pienso ahora, entiendo al entrenador. Quería evitar que me sacaran la tarjeta roja y fue la decisión correcta”.

El resto se cuenta rápido: mientras Tita seguía sin entender por qué había sido sustituído, Falko Götz anotaba el segundo gol y Bum-Kun Cha hizo que el estadio enloqueciera a nueve minutos del final, anotando el tercero. Tras una prórroga sin goles, Rüdiger Vollborn se convirtió en el héroe de los penaltis. El primer gran triunfo del Bayer 04 era perfecto. Tita y Erich Ribbeck se volvían a abrazar. Nadie estaba enfadado ya. Ahora era hora de celebrar el título como era debido. En el campo, en el vestuario y en la ciudad al día siguiente. Aunque esto último no le llegó a todos.

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Da ist das Ding: Tita reicht den UEFA-Cup an Falko Götz weiter.

arrio sésamo en vez de fiesta

Tita el jueves por la mañana se fue a entrenar, como siempre tras un partido, a las 10 horas de la mañana. Pero no encontró a nadie más que al utillero. Tita le preguntó dónde estaban todos, pero este tampoco le pudo decir nada. Tita no entendía nada y se volvió a casa. “En casa me senté con mis hijos delante de la tele y me puse a ver Barrio Sésamo, porque viéndolo aprendíamos algo de alemán”. Cuando ya se habían cansado de tanto Epi y Blas y el Monstruo de las galletas, el padre cogió el mando y se puso a pasar por los demás canales. En una de esas no pudo creer lo que estaba viendo: “Vi a mis compañeros cómo los llevaban por las calles de Leverkusen, mientras que miles de personas les aplaudían y celebran con ellos. Vi como Falko, Rüdiger, Herbert y todos los demás levantaban la copa uno detrás de otro en el balcón del ayuntamiento”. Solo a él nadie le había informado sobre la fiesta oficial. “¿Te lo puedes creer?“, pregunta y vuelve a reirse.

Borrón y cuenta nueva. Perdonado pero no olvidado.Eso si, el último día en la Bundesliga, frente al Bayer, también estuvo Tita cuando todo el equipo fue galardonado de nuevo por haber quedado campeón. Este sería su último partido para el Bayer 04 y quería despedirse como es debido. El lo hizo a su manera, con un gol. Su gol duodécimo gol en su partido número 26. Nada más anotar se fue corriendo hacia su entrenador, se quitó la camiseta y acto seguido se quitó la camiseta de la final de la Copa de la UEFA que llevaba debajo y se la regaló al entrenador como regalo dedespedida.

Ya que este también se marchaba del club. A pesar de ir ganado por 3-0, el Bayern terminó ganando 3-4. “Pero este partido ya no importaba”, dice Tita, “a pesar del resultado fue un final bonito de una época bonita”. Una época, que no había hecho más que empezar y ya terminaba otra vez. ¿Por qué solo se quedó ocho meses? “Hubo varias razones. Tenía ya 30 años, quería sumar más experiencia en Europa”. Aunque también opinaba que no le pagaban suficiente, comparado con otros jugadores en el equipo. “Simplemente hubo varias cosas que ya no funcionaban bien y no me atraían”. Tita se marchó a Italia en la temporada 1988/89 al Pescara en la Serie A. A pesar de anotar nueve goles con el club, descendió a segunda y se volvió, tras dos años en Europa, a Vasco da Gama. En 1990 formó parte de la plantilla de la selección de Brasil, se fue cuatro años a México a jugar con el Club Leon. Con este último fue campeón de la liga y terminó su carrera con 39 años en Guatemala en el Communica-Ciones ganando también aquí el título de liga. “Estoy agradecido por no haber tenido ninguna lesión grave y haber podido jugar nueve años más después de mi época en el Leverkusen”.

 


Tras 21 años en el fútbol profesional continuaron los viajes como entrenador. Entrenó en Brasil, EE.UU. y México, pasando por Japón donde entrenó a los Urawa Red Diamonds. En el mundial de 2016 en Alemania fue el segundo entrenador junto a Zico, su excompañero en el Flamengo, en la selección de Japón. “He disfrutado mucho también de mi carrera como entrenador. La responsabilidad es mayor, pero también es mayor la alegría cuando ganas algo”.

Tita está orgulloso de haber abierto las puertas en el Leverkusen a muchos brasileños. 21 por ahora para ser exactos. Muchos de ellos en el Leverkusen se han convertido en grandes jugadores. Jorginho, Paulo Sergio, Zé Elias, Emerson, Paulo Rink, Zé Roberto, Lucio, Juan, Renato Augusto por ejemplo. Todo nombres que fueron grandes después de haber pasado por el Leverkusen. “Si con mi fútbol y trabajo he podido abrir la puerta a muchos otros brasileños, entonces me alegro mucho”, dice Tita. “Tita fue el que abrió el camino a todos los demás brasileños fichados por el Bayer 04”, admitió Reiner Calmund una vez en una entrevista con ’11Freunde’.

todavía sigue siendo hincha

Incluso hoy, tras casi 30 años, Milton Queiroz da Paixao sigue de cerca al Bayer 04. Hay un canal en Brasil en el que a veces retransmiten partidos del Werkself. Tita sabe que el club viene de una temporada difícil.En mayo le deseó al equipo mucha suerte a través de un video para el derbi frente al Colonia. “Os deseo mucha suerte, Forca Bayer 04”, dijo desde un campo de golf. Hasta hace poco tenía puesto de foto de perfil en el WhatsApp la foto que tiene con su cuerpo envuelto en una bandera brasileña y alzando la Copa de la UEFA.

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Die Familie 1987: Tita mit Ehefrau Sandra und den Kindern Desiree, Lohran und Blanche.

Por supuesto, Tita vino en 2013, cuando se cumplían 13 años de la victoria en la Copa de la UEFA en Leverkusen. Esta vez a nadie se le había olvidado invitarle. “Fue bonito ver a los antiguos compañeros, entrenadores y el resto del cuerpo técnico. Nos lo pasamos muy bien”, dice Tita. También hubo un partidillo contra un equipo compuesto por seguidores. Por supuesto que Tita anotó un gol de tiro libre. Solo uno faltó en el reencuentro. Falko Götz no pudo venir por trabajo. “Tenía muchísimas ganas del encuentro”, dice Götz. “Sobre todo por ver a Tita de nuevo. Para mi fue tanto en el fútbol como fuera del campo, una de las mayores enriquecimientos de mi carrera.

Milton Queiroz da Paixao nunca se hubiese esperado escuchar estas palabras después de su comienzo en Colonia.

 

Christian Jacobs

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