Sin títu­los, pero con la cons­cie­n­cia tra­nquila

Rei­nhard Saftig

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El momento más bonito para Reinhard Saftig en el Bayer 04: el entrenador celebra la victoria 3-0 en la semifinal de la Copa DFB en 1993 contra el Eintracht Frankfurt, que llevó al Bayer 04 a la final en Berlín. Ese fue, un Viernes Santo como hoy hace exactamente 25 años, motivo suficiente para volver a analizar la labor del ex entrenador de ahora 66 años en el Werkself.

Ilusión es otra cosa. “La verdad es que ya no doy más entrevistas. Remover el pasado no es lo mío. Prefiero mirar hacia delante”, avisa Reinhard Saftig al principio de la conversación. Pero después acepta el ex entrenador del Bayer 04, que ocupó el banquillo del Werkself del 1991 al 1993, rememorar con nosotros viejos tiempos.

Porque este profesor de fútbol ha vivido mucho y tiene también mucho que contar. A la temprana edad de 27 años empezó en el 1979 como co-entrenador en el FC Bayern y casi 30 años después se retiró en el 2008 como director general del Arminia Bielefeld, siendo este su último puesto en el fútbol profesional. Reinhard Saftig es desde hace diez años ya oficialmente un jubilado más y ha jubilado también su antiguo rasgo distintivo, el bigote. Su 66º cumpleaños este enero lo celebró, como a menudo, en el extranjero. Las Islas Canarias le atraen ya desde hace muchos años y ahora el destino elegido para disfrutar de unas vacaciones al sol fue Lanzarote. “Antes, estas escapadas tenían que ser siempre muy cortas”, comenta y deja ver lo mucho que las disfruta ahora. 

En el Bayer 04 pasó Reinhard Saftig un tiempo relativamente corto, ya que su compromiso no duró ni dos temporadas. Dos años en los cuales pasaron muchas cosas que hoy dan paso a anécdotas y a las queridas conversaciones de bar empezadas con “Te acuerdas de...”. “Cuando pienso en mi etapa en Leverkusen, lo primero que me viene a la cabeza es el partido de Copa en Gladbach”, dice Reinhard Saftig. Era la semifinal de 1992/93 y las cosas no se veian bien para el Werkself en los penaltis despues de un 2-2 con prórroga: los cuatro jugadores habían fallado sus intentos contra el portero del Borussia Uwe Kamps, que aun hoy sigue contestando preguntas sobre ese momento heróico de su carrera.

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Fue también la época de las combinaciones atrevidas de colores en la indumentaria: Saftig con Marek Lesniak.

En el Campeonato en la primera temporada de Saftig como entrenador también se fueron a pique las esperanzas de los del Leverkusen en los últimos metros y dramáticamente. Durante 15 partidos hasta la jornada nº 33, estuvo el Werkself siempre en quinto lugar o incluso más alto. Pero todo fue cuesta abajo al final de la temporada. El Bayer 04 iba ganando 1-0 en el estadio Haberland contra el Stuttgart, Martin Kree había transformado un penalti en un gol brutal y Eike Immel en la portería de los suabos impedía que el marcador subiera aun más. Entonces tomaron las cosas un giro a peor para los del Leverkusen: Fritz Walter marcó, también de falta, el 1-1 antes de la pausa y Guido Buchwald logró el 2-1 a cuatro minutos del final, que convertía al VfB en el campeón alemán y eliminaría al Bayer 04 de los puestos de la Copa de la EUFA. “Lo peor para mí fue”, recuerda Reinhard Saftig, “que hasta la tarjeta roja de Matthias Sammer teníamos un hombre más en el campo”.

Los jugadores y entrenadores rojinegros se fueron con las manos vacías. Pero sobretodo tuvieron que escuchar los duros y sarcásticos comentarios de los hinchas del Dortmund y del Frankfurt, que veían de repente a sus equipos cerca del título. Que el Bayer 04 solo se perjudicó a si mismo habiendo perdido la oportunidad al título europeo, resultó obvio. Así también había perdido también Reinhard Saftig la posibilidad de conseguir su meta de la temporada, pero eso no iba a romper al entrenador. Él ya había experimentado difíciles turbulencias y catástrofes deportivas. En 1986, consiguió salvar como entrenador del Borussia al equipo de caer en la segunda división. Con un 0-2 había perdido el Borussia el primer partido contra el Kölner Fortuna y ya se veía con un pie en la segunda división en el partido de vuelta en el estadio Westfalen, cuando Jürgen Wegmann consiguió marcar en la prórroga el 3-1. Ese resultado les daba a los del Borussia la oportunidad de jugar el partido decisivo en el Rheinstadio del Düsseldorf, que ganaron fácilmente con un 8-0.

Cuando has vivido algo así, no te impresiona nada

Aun hoy en día, en Dortmund, donde Reinhard Saftig vive con su familia desde hace 34 años, siguen parándolo por la calle por ese motivo. “Tuvimos muchísima suerte y con las reglas actuales hubieramos descendido, pero antes los goles fuera de casa no valían doble y solo se tenía en cuenta la diferencia de goles. Y mientras que la relegación hoy en día se decide en cuatro días, contra el Fortuna Colonia se estiró durante cuatro semanas. Cuando has vivido esto desde una posición con responsabilidad, te fortalece. Después de eso, no te impresiona nada más”.

Es posible que esa amenaza y salvación en el último minuto, endureciera al entonces Reinhard Saftig, pero todo el mundo lo veía diferente. “Demasiado suave y gentil”, “incoloro”, “un Softie” – estos fueron un par de adjetivos con los que se describía al entrenador. Saftig sigue a día de hoy sin entender esos clichés: “Era una época diferente, con diferentes clases de entrenadores. Antes, en los encuentros de entrenadores, me solía sentar con Ernst Happel o Pál Csernai, que no decían mucho. Y cuando venía alguien con un estilo diferente, éste permanecía solo.” 

Por aquel entonces, solían haber muchos entrenadores gruñones en los banquillos, que no perdían el tiempo con palabras y preferían dejar que hablases sus acciones. “El entreno era autoritario y no se solía hablar mucho. Que un entrenador le diera explicaciones a sus jugadores, era inaudito. Hoy en día no puedes permitirte hacer lo mismo en la generación actual de jugadores”, comenta Saftig. Viéndolo así, él estuvo un poco adelantado para su época. Tal vez tenga algo que ver con su formación: Saftig estudió Deporte en Colonia, “y luego le sumé el título de profesor de fútbol”. La formación la concluyó siendo el mejor de su año y consiguió así enseguida el puesto de co-entrenador en el Bayern-Park. “Fue algo muy inesperado. No tenía pensado hacer nada parecido, me hubiera conformado siendo un profesor normal en una escuela”.

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Relajado en la jubilación: a Reinhard Saftig le va bien después de 30 años trabajando en la Bundesliga

Tras una muy buena temporada 1992/93 al mando del Bayer 04, Jorginho se fue al Bayern. Pavel Hapal y Heiko Scholz acababan de llegar del Sigma Olmütz y el Dynamo Dresden respectivamente. La nueva temporada generó muchas expectativas, incluso tras el empate 1-1 en el primer partido ante el FC Saarbrücken. Tras 8 fechas el Werkself se encontraba invicto y segundo en la tabla, habiendo logrado goleadas ante el Stuttgart (4-0), el Karlsruhe (5-1) y el Schalke (6-1). La primera ronda de la terminó el Leverkusen en la sexta ubicación de la tabla. Los responsables del Bayer 04 le abrieron entonces las puertas a Reinhard Saftig en enero, para que esté al frente del equipo hasta junio de 1993. En el verano de ese año se esperaba la llegada del aún entrenador del Eintracht Frankfurt, Dragoslav Stepanovic.  

Reinhard Saftig era para el Bayer 04 como un bombero: se lo llamaba cuando las cosas no iban muy bien. En la Copa DFB Saftig logró sendos triunfos ante el Bergedorf (3-1), el Kaiserslautern (1-0), el VfR Heilbronn (2-0), el Hertha de Berlín (1-0) y el Carl Zeiss Jena (2-0) para alcanzar las semifinales. Allí esperaba el Eintracht Frankfurt, en su momento el equipo sensación de la Bundeasliga, con Stepanovic (sucesor de Saftig) como entrenador. El Bayer 04 logró triunfo en el Waldstadion con dos goles de Andy Thom y uno de Ulf Kirsten por 0-3. Stepanovic renunció a la dirección técnica del Eintracht tras el encuentro. Pero Reinhard Saftig no estuvo en el equipo para el final de la temporada. Tras la derorta 2-0 ante el Dynamo Dresden, Stepanovic tomó las riendas del Bayer 04 y logró cuatro de los últimos cinco partidos de liga para finalizar en el puesto 5 de la tabla (clasificación a la Copa de la UEFA). A su vez, logró consagrarse campeón de la Copa DFB con el triunfo 1-0 en la final ante el Hertha de Berlín.

 

La vida trae a veces malos momentos, pero hay que superarlos. Yo ya hice la paz con todos

Reinhard Saftig siempre estuvo muy orgulloso de su trabajo, aunque hoy ya no hable tanto del tema. Ya son cosas que han quedado en el pasado. “Naturalmente que un título le da confianza a un entrenador, pero además puedo decir que tuve un muy buen tiempo en Leverkusen. La vida trae a veces malos momentos, pero hay que superarlos. Yo ya hice la paz con todos. Todo tiene su tiempo y llega a su fin”. Saftig lo dice simple y claro. Como entrenador le tocó luego irse a Turquía, primero un semestre en Kocaelispor y luego al Galatasaray, equipo con el cual jugó la Champions League. “Fue una gran época en Estambul. Nos tocó jugar contra el Barcelona y el Manchester United, y pude conocer a Johan Cruyff y Alex Ferguson. En el Barcelona jugaban en esa época Romario, Stoichkov, Hagi, Guardiola y Koeman, mientras que en el Manchester estaban Schmeichel, Keane, Cantona, Scholes y Giggs“, dijo Saftig. Aún sin títulos hubo momentos muy positivos. 

Con los protagonistas de su época en Leverkusen ya no tiene mucho contacto. Erich Ribbeck, con quien también trabajó en Dortmund, lo visitó en Tenerife hacer unos años. Con Peter Hermann, su segundo entrenador durante sus años en el Bayer 04, se mantiene en contacto regular vía telefónica. „A Peter lo conozco desde que ambos teníamos 14 o 15 años y jugábamos en el club Rheinland. Hace unos años me dijo: “‘Reinhard’, he vivido muchas cosas en el fútbol pero hay algo que te puedo confirmar: no existen entrenador de ensueño”. Cuando Saftig cuenta esto lo hace entre risas.

Reinhard Saftig sigue conectado al fútbol. A su vez, le gusta visitar con su mujer, museos y exhibiciones artísticas. También es fan del golf, con quien juega junto al ex jugador de la selección nacional alemana, Siggi Held. El camino del Werkself en la actual temporada lo está siguiendo de cerca con mucho interés y entusiasmo. “Heiko Herrlich fue jugador mío de joven en el Bayer 04. A él no le gustaba que no jugase tan seguido, pero es que en esa época teníamos jugadores como Kirsten, Thom y Lesniak”, comenta Saftig y agrega: “Si tengo que calificar lo que está haciendo ahora Herrlich como entrenador, solo puedo decir: ¡Bravo, felicitaciones y a seguir así!”

Y todo esto aún hoy suena con mucho entusiasmo viniendo de un personaje tan especial.

Ralph Elsen

 

Aquí el archivo televisivo de la semifinal de la Copa DFB de 1993 en Frankfurt:

 

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